El retrato en la Literatura


El retrato en la Literatura
  •   19/06/2025
  •   Letras
  •   Lic. Esteban Sánchez Núñez

Hace muchos años, en la época de nuestro padres y abuelos, era común decir: “voy al estudio a retratarme”. Y se utilizaban unas cámaras enormes, que se tenían que montar sobre un trípode, además de un “flash”, que no estaba unido a la cámara, sino que había que sostenerlo con una mano para que, al momento del disparo, éste se encendiera, evitando con ello, sombras en el rostro.

Las cámaras fueron evolucionando, y comenzaron a utilizarse las manuales, análogas; las de pixeles. Hoy día, tampoco esas se utilizan mucho, salvo para cierto tipo de eventos, así como en los estudios dedicados a esta actividad. Los teléfonos celulares han desplazado a en buena medida a las cámaras tradicionales, puesto que la mayoría posee muy buena resolución y capturan magníficos “retratos”.

También la palabra “retrato” evolucionó; ahora le llamaos fotografía o simplemente, “foto”, y se pueden digitalizar, y hacerles cualquier cantidad de modificaciones con programas especializados en ello. Pero… ¿Qué es un retrato en el maravilloso mundo de la Literatura?

En el arte de la Literatura, se le llama retrato a la descripción detallada de los personajes que aparecen el relato: color de ojos y de cabello, estatura; si es de complexión delgada o robusta; si tiene algún defecto físico o, por el contrario, si es o no atractiva o atractivo; si es de labios gruesos, “cachetón” o de cara “pellejuda”; qué tipo de ropa y color de la misma que está usando en determinado momento de la narración.

En este caso, el narrador o mejor dicho, el autor del escrito, debe también describir la personalidad del sujeto. Éste pude ser grosero, alegre o de mal carácter; celoso, violento, en fin, todo ello es con la intención de que el lector, “dibuje” en su mente, como es cada uno de los “actores” de la obra, ya que a diferencia de una película de cine, en la que se tiene la imagen visual de los personajes, en la cuestión literaria, hay que imaginarlos.

Si vamos a retratar una casa o un edificio, es de suma importancia detallar la arquitectura: si es de tipo colonial —en el caso que la historia se desarrolle en algún país de Hispanoamérica—, si es un edifico de tipo eclético, de qué color es, cuántos niveles tiene, etc.

Ahora bien, si el retrato es el de un campo, una selva, un bosque, una meseta o una montaña, se utiliza la misma técnica. Es importante describir qué tipo de árboles hay, cuáles son las aves que habitan el paraje; si hay algún río, lago o arrollo, si el agua de los mismos es cristalina. Ello, muchas veces conlleva a que el escrito sea demasiado extenso; con muchas páginas; pero el retrato es primordial.


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