Este manual sin pretensiones ni dogmas no es una lista de consejos, ni un libro de autoayuda, ni un grial rebosante de soluciones. Este texto es tan solo un viaje. Un viaje por las mil y una noches en forma de ejemplos audiovisuales, un tránsito desde la inocencia hasta la sistematización de los relatos y, por último, una asunción: no se puede enseñar a contar. Pero sí cabe mostrar relatos maravillosos, analizarlos en su magia y tratar de acercarse a ellos con la ilusión del niño. Y es que este manual está escrito desde la ilusión, desde la pasión por contar historias. O, mejor dicho, por mostrar las historias que otros han escrito. Y en este viaje lo importante no es el guía, sino el trayecto. Un itinerario punteado por obras maestras como The Man Who Shot Liberty Valance, Some Like It Hot, The Wire o The Sopranos. ¿Y para qué? Pues para aprender de los mejores, para disfrutar con su análisis y para tener recursos con los que apuntalar la creatividad, esta sí, inaprensible. Ya lo decía Woody Allen: “Puedes pedir a Dios por la ayuda que necesitas, pero mejor trae las herramientas porque tú tienes que hacer el trabajo”.

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