Los cómics y mis escritos
- 10/04/2025
- Cultural
- Lic. Esteban Sánchez Núñez
Seguramente la mayoría de los que son de mi generación, los que, como yo, nacimos en la década de los 70’s; ésos que luego vivimos una época dorada en los 80, cuando la moda de los peinados “esponjados”, la música romántica y el rock en español se escuchaba por todas partes, alguna vez tuvimos entre las manos uno de los tantos cómics o historietas, que podíamos encontrar en cada puesto de periódicos y revistas ubicados en las calles, y hasta en los tianguis.
En las terminales de autobuses, sitios de taxis; incluso, en las avenidas principales, podíamos encontrar locales establecidos en los que se expendían esas historias con vivos colores o en blanco y negro, que despertaban la imaginación del lector. Y es que, al tener “dibujitos”, por supuesto que llamaban la atención de los chicos y no tan chicos.
Cómo olvidar las aventuras de Condorito, de Archie y sus amigos, Capulinita, o Memín Pingüin, y otros que nos hacían reír por esas “puntadas” que los escritores e ilustradores, amalgamaban en un contubernio total, creando situaciones y sucesos salidos de su imaginación, y otras narraciones que, sin embargo, tenían que ver con la vida corriente del México de aquellos días.
En mi niñez y adolescencia, tuve la oportunidad de viajar al “Viejo Oeste” con muchas de las revistas de ese género, pude desenmarañar misterios y atrapar a los malvados al lado de Kalimán o Águla Solitaria; resolver crímenes con el Libro Policiaco y visitar mujeres hermosas para “chuparles” la sangre al lado de Candilejas “el Amante Rojo”, un cómic tomado de la novela inmortal de Bram Stoker: Drácula.
Y fue esta última, la que, una vez que leí la obra original del irlandés, despertó en mí la pasión por crear historias de ficción. Fue justamente esa novela y otras tantas —que no menciono porque no es este el caso—, la que propició que anidara en mi mente la idea de crear lugares y dar vida a personajes interactuando en escenarios diversos.
Me atrevo a decir que quizá yo no sería escritor, si no hubiera sido por los cómics; por la historias y mensajes que, a través de cortos diálogos y magistrales ilustraciones, hacían que deseara conocer más de lo que los personajes harían en el número siguiente, cuando el folleto en cuestión era del tipo semanal y tenía continuación en el siguiente número.
En ese contexto, me resulta imprescindible hacer mención de dos historietas que merecen mención aparte: Novelas Inmortales y Joyas de la Literatura, las cuales, eran resúmenes de las obras originales, pero contadas a manera de cómic. Fue a través de ellas como empecé a observar la genialidad de Shakespeare, con Macbeth, Romeo y Julieta, Otelo y más; del mismo modo, pude conocer la magistral obra de Alejandro Dumas con Los tres mosqueteros, La dama de las camelias y El Conde de Montecristo, sin omitir a Goethe con Fausto, o a Robert Louis Stevenson
con El extraño caso del Dr, Jekyll and Mr. Hyde, sólo por mencionar a algunas de tantas, que movieron en mí, el deseo de escribir.
Esteban Sánchez Núñez es mexiquense, del municipio de Jilotepec.
Licenciado en Pedagogía y escritor; autor de varias novelas de distintos géneros, así como de cuento infantil y artículos de opinión en plataformas digitales y, en su momento, de revistas y periódicos de circulación estatal.
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