Cómo Ser un Buen Líder en 11 Sencillos Pasos Parte 1
Cómo Ser un Buen Líder en 11 Sencillos Pasos Parte 1
  •   28/02/2017
  •   Para Que Te Enteres
  •   Redacción Biblioinforma

¿Cómo ser un buen líder?, En este artículo te ofrecemos algunos consejos vinculados a tu imagen, valores, entusiasmo, motivación o habilidades sociales con los que destacar sobre el resto de personas. .

Según el Diccionario de la Lengua Española, líder procede de la palabra inglesa "leader", que significa guía. Tiene dos acepciones, una que hace referencia a la "persona que dirige o conduce un partido político, un grupo social o una colectividad". En segundo lugar, define a una "persona o entidad que va a la cabeza entre los de su clase, especialmente en una competición deportiva".

Ser un líder no es lo mismo que ser un jefe, para llegar a ser el primero hay que tener algo más. David I.Bertocci (2009) habla en su libro de la diferencia entre líder y manager. Para ello, cita al Dr. David Kozak afirmando que una empresa necesita tanto a un líder como un mánager.

Según afirma el autor, "los mánager gestionan el equipamiento, los procesos, los sistemas y los presupuestos, y "cosas", mientras que los líderes negocian con personas y puntos de vista".

Siguiendo esta diferenciación, se puede afirmar que el conocimiento psicológico y sociológico es muy importante a la hora de ejercer el liderazgo.

A lo largo de la Historia, ha habido grandes líderes en distintos ámbitos de la vida, tanto positivos como negativos. Por ejemplo el Papa Juan Pablo II o el Papa Francisco en el terreno religioso ó Aung San Suu Kyi o Nelson Mandela en el ámbito político.

Tener carisma ayuda mucho a ser un buen líder, de hecho son muchos los que afirman que un buen líder se nace y no se hace. Sin embargo, existen otras estrategias y recomendaciones para llegar a ejercer un buen liderazgo, especialmente en el ámbito empresarial.

Dirigir un grupo nunca ha sido tarea fácil. Hay que saber imponerse y a la vez establecer un buen ambiente de trabajo entre los compañeros. Un jefe no puede dejar el trabajo a un lado, pero tampoco puede centrarse en él sin tener en cuenta la situación que atraviesa su grupo de trabajo. No puede ser visto como un tirano, pues si esto ocurre, se generará tensión y desgana a la hora de trabajar.

Ser la cabeza visible y asumir responsabilidades siempre supone un esfuerzo extra. A esto se suma la dificultad de priorizar objetivos, seleccionar ideas o escoger los medios más eficaces para desarrollar los proyectos.

Además los grupos de trabajo suelen ser heterogéneos, cada persona tiene una forma de pensar, un modo y un ritmo de trabajar y unas necesidades. Unificar las partes del equipo para alcanzar el objetivo deseado es una de las tareas más complicadas, y más, si hay limitaciones económicas o de tiempo condicionando el trabajo.

Cuando se consiguen reunir todos los elementos y montar una estructura perfecta para el cumplimiento de los objetivos, el éxito está prácticamente asegurado.

Los mayores problemas vienen en momentos de mucho estrés, donde los sentimientos y las emociones tienden a canalizarse de una forma más impulsiva y se pueden perder los nervios.

A continuación, te doy algunos consejos que te ayudarán a solucionar los problemas con tu grupo de trabajo, alcanzar el éxito profesional y ser visto por tus compañeros como un verdadero líder.

11 consejos para llegar a ser un buen líder



1- Conocer el contexto al que te diriges y proyectar tu propia imagen como líder

Un líder tiene que conocer en el terreno en el que se mueve, para poder dirigirlo de manera adecuada. Debe darse cuenta de que ahora está en su persona tomar las decisiones, y para ello debe tener en cuenta algunos aspectos.

Debe conocer el contexto social en el que se mueve, los valores vigentes tanto en esa sociedad como en la industria, para saber transmitirlos a su propio equipo.

Por otro lado, es fundamental conocer bien el equipo, qué necesidades tiene, qué manera de pensar, qué manera de trabajar, aptitudes, conocimientos, rutinas… Este paso es muy importante para saber qué papel desempeña mejor cada miembro dentro del grupo a la hora de repartir el trabajo en base a los objetivos.

Por último, es necesario conocerse a sí mismo, las virtudes y defectos, como persona y, después como líder. La imagen que uno se auto-proyecta como líder puede influir mucho en la percepción que los demás puedan tener de ti y viceversa.

Un artículo de investigación escrito por Tekleab y otros en el año 2007, habla de los efectos que tiene esa conciencia de sí mismo o esa proyección en los demás, y en la propia formación de la autopercepción.

Según este estudio, la autoconciencia de liderazgo que tiene la persona que dirige el grupo no sólo tiene un efecto en los demás componentes del grupo, sino que esa percepción también se conforma en base a lo que esos miembros opinan del líder y la descripción que dan de su comportamiento. Se puede decir que la autoconciencia se conforma con los aspectos comunes entre lo que el propio líder piensa sobre sí mismo y lo que piensan quienes lo siguen.

En base a esta premisa, es fundamental focalizar los aspectos de uno mismo que se quieren transmitir a los seguidores, y así conseguir que los demás piensan coincida en los máximos aspectos posibles con esa imagen inicial que se quería transmitir.

2- Debes tener entusiasmo por el trabajo que haces o las ideas que defiendes

John Eric Adair recoge en su libro How to Grow Leaders: The Seven Key Principles of Effective Leadership Development (2005) algunas características genéricas que deben tener los líderes. Entre ellas, señala el entusiasmo.

Es muy difícil llegar a ser un buen líder sin sentir pasión por el trabajo que se realiza. Además ese entusiasmo se transmite al resto de compañeros o seguidores.

Sin embargo, el entusiasmo también entraña riesgos. Un artículo publicado en 1990 y escrito por Glassman y McAfee, dos profesores de la Universidad de Old Dominion habla de los peligros que entraña esa emoción.

Los autores señalan dos tipos de riesgos. El primero se refiere al desempeño de las actividades del líder. Por ejemplo, el líder puede encargar ciertas tareas o programas que le entusiasmen y no conseguir ponerlos en marcha por no recibir el apoyo de sus seguidores o que no les parezca buena idea.

El segundo tipo de riesgo es social, que los seguidores no le apoyen por sus sentimientos personales hacia el líder.

No obstante, a pesar de los riesgos, evitables en la mayoría de los casos, el entusiasmo es fundamental para tener ideas creativas con respecto a los proyectos y entusiasmo por dirigir a un grupo de personas, a las que hay que convencer de la importancia de las tareas y de los objetivos a alcanzar. Algo que sólo se puede conseguir si el mismo líder cree en lo que hace.

3- Debes ser una persona honesta e íntegra en valores éticos y morales

Un artículo de la revista Forbes indica que la honestidad es uno de los diez aspectos clave a tener en cuenta a la hora de convertirse en un buen líder. La autora, Tanya Prive, afirma que un comportamiento honesto y ético es la mejor forma de dar ejemplo al resto del equipo. Si se es ético normalmente, hay que serlo más aún cuando se dirige un grupo de personas.

Kouzes y Posner (1987) señalan la honestidad, como una característica fundamental para ejercer el liderazgo. Explican que la honestidad está, a su vez, muy relacionada con los valores y la ética y que son fundamentales para conseguir la confianza del equipo.

Según estos autores, es de extrema importancia conocer la postura o posición real del líder acerca de los temas que se traten. Pues si no se sabe con certeza cuáles son los principios que rigen las actuaciones del jefe, esto puede repercutir en estrés, conflicto, indecisión u otros problemas como la rivalidad política.

Para confiar en alguien y seguirlo en sus proyectos es necesario estar seguros de su integridad como persona. Un líder debe ganarse la confianza de su equipo si quieren que crean en él como dirigente del grupo, así como en los proyectos y las pautas que establezca.

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Fuente: Lifeder.Com