Se entiende por viajar a trasladarse de un lugar a otro, generalmente distante, por cualquier medio de locomoción. Y aquel sujeto que lo ejecuta es un viajero.

Pero abusando un poco de la imaginación, no sólo se viaja en espacio (distancia física) sino también en el tiempo, y cuando viajamos así, somos unos viajeros en el tiempo.

Para viajar en el tiempo, no se necesita de boletos, maletas, dinero, etc. Lo más sencillo es; la memoria y la imaginación que muchas veces las combinamos y sale cada cosa, lejana a la realidad.

Es muy conocido que en el programa de recuperación de adicciones como el alcoholismo, se le sugiere al enfermo, pensar que vivirá limpio, sólo por hoy, sin detenerse a pensar quizá en un tormentoso pasado o incierto futuro, y entonces el enfermo en recuperación para sobrevivir ponen toda su voluntad, su esfuerzo, su fe y su empeño en estar limpio ese día, el presente, el hoy, lo vive como si fuera el primero y el último de su vida.

La motivación en estos casos da muy buenos resultados, por qué los mantiene limpios de aquella sustancia que su cuerpo no requiere, y al pasar de los días, semanas, meses y años el cuerpo y la mente arrinconan aquello que saben que les hace daño.

Pero aquellos que por fortuna no tenemos una adición (o quizá no lo sabemos) ¿que uso le damos a nuestra memoria? recordando el pasado o a la imaginación, pensando y planeando un futuro, cuando sabemos que el pasado ya no existe y el futuro depende de cómo se ajusten muchas variables para dar un resultado.

Pero fuimos dotados de estos dos mecanismos y de algo nos tienen que servir;

La memoria nos sirve para guardar, almacenar esas experiencias que vivimos anteriormente, si fueron buenas y agradables, las recordaremos como una buena película que no nos importa ver 2 veces. Pero, si las experiencias fueron malas, hirientes, dolorosas, al recordarlas, si no las vemos con la realidad de que ya no existen, nos volverán hacer daño e iremos muriendo por sufrimiento mental.
La memoria, es nuestro cuarto de cachivaches, donde almacenamos las cosas bellas pero también cosas que ya no sirven. Como te digo, es como ver una película 2 veces, pero nadie vería la misma película diario, pero aunque no lo creas hay muchas personas que así sobreviven, montados en los vagones del pasado.

Luego está la imaginación, esa es muy consecuente, casi como un genio de lámpara maravillosa dispuesta a concedernos lo que sea, pero cuidado, abusando de ella podemos generar demasiadas endorfinas hasta niveles de dopaje y querer quedarse en ese estado de total irrealidad. Una ruta de la imaginación está en el futuro, pues nadie o casi nadie piensa en un futuro negro, todos queremos un futuro venturoso, económicamente estable, lleno de salud, etc. Pero si ese futuro sólo está en la imaginación no sirve de nada. Por ejemplo, si quiero brincar el gran charco y conocer el viejo mundo, es sólo un deseo creado en mi imaginación, pero ¿Qué hago para hacer ese sueño realidad?; ya investigue el precio de los hoteles, del avión, etc. costos de viaje y empecé ahorrar, fijar una fecha o temporada para viajar, eso es planear y de la planeación pasamos a la ejecución y al disfrute real. Pero si sólo se queda en el deseo, en la imaginación no nos moveremos ni un milímetro.

Así que lo más acertado es vivir el ahora, construir escalones firmes para subir a donde queramos y recordar momentos de confort, pero solo a veces, el viaje continúa, lo visto y aprendido dejó huella, el paisaje actual lo estamos apenas experimentando, y las estaciones futuras aún no llegan, pero hay que estar atentos para recibirlas bien. En esta vida hay que ser buenos viajeros en el tiempo.
Te deseo Buen Viaje amigo.