Una de las aportaciones más significativas que se han formulado desde la sociología para comprender la violencia -un tema fundamental no solo en México sino en la agenda global- se presenta en este libro. A partir de una crítica de los análisis tradicionales centrados en las estructuras sociales (Emile Durkheim, Max Weber, Talcott Parsons, Lewis Coser), las interacciones (Randall Collins, Hans Joas, Charles Tilly) y las subjetividades (Michel Wieviorka), en esta obra se sugiere abordar la violencia en tanto acción simbólica que expresa sentidos y significados abiertos a procesos de inteligibilidad e interpretación. La violencia se entiende así como un referente de sentido inscrito en una red de significación, el cual dice algo tanto a quienes la ejercen, como a quienes la sufren y la atestiguan.

Para ello los autores desarrollan una lectura crítica, desde la mirada de la sociología cultural, de las perspectivas dramatúrgicas de la violencia en George Sorel, Walter Benjamin, Frantz Fanon y Hannah Arendt. Analizar la violencia en tanto acción simbólica es una forma de comprender cómo está sujeta a interpretaciones diferenciadas que proyectan aspiraciones y temores colectivos, pero también cómo esas interpretaciones se transforman en narrativas y acciones institucionales que pueden llegar a fracturar o a reforzar los lazos de solidaridad en las sociedades democráticas.

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