El cambio más sustancial del cine colombiano en las últimas dos décadas es su transición del cine rural al urbano. Además, la violenta realidad que define al país es el tópico que cruza la mayoría de sus relatos, porque es la principal preocupación de los directores en su calidad de artistas. La realidad del país y la ciudad, entonces, son las coordenadas que demarcan un cine que cada vez tiene menos carencias y, en cambio, más realizadores con oficio y talento.

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