Este libro presenta el panorama relacionado con la producción, distribución y consumo de imaginería religiosa y escultura secular, posible en el rastreo y puesta en escena de las efigies elaboradas en un taller de artes, no académico. Allí, a varios oficiales y aprendices se instruyó en el saber hacer de la escultura, pero antes de ello, existió un grupo de hermanos que siendo niños fueron aprendices de su autodidacta padre, quienes en conjunto y durante finales del S. XIX y la primera mitad del S. XX, conformaron un capital social y cultural al fabricar y agenciar obra artística en madera y otros materiales, en varias sedes que dispusieron en Don Matías, Envigado y Medellín en Antioquia y en Manizales, Caldas.

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