¿Qué leen actualmente los estudiantes? (Primera Parte)
¿Qué leen actualmente los estudiantes? (Primera Parte)
  •   13/08/2018
  •   Para Que Te Enteres
  •   Esteban Sánchez Núñez

Mi actividad como escritor me ha llevado a asistir a gran cantidad de planteles de nivel medio superior, para realizar charlas en torno a novelas de mi autoría que han sido leídas previamente por el alumnado, quien, derivado de ello, tiene la tarea asignada de parte del docente.

Esta tarea puede consistir en realizar un ensayo, un resumen, una obra de teatro, monólogo, o bien, la elaboración de carteles que representen algún pasaje, capítulo o en otro caso, la reseña completa de la obra que leyeron.

Ello, por supuesto, permite al docente saber qué tanta comprensión tuvieron de la novela en cuestión, actividad que se complementa con la plática entre autor y lector, cosa que viene a reforzar el trabajo didáctico de lectura y comprensión, ya que en esta actividad, los alumnos realizan preguntas o hacen comentarios sobre frases o situaciones que les gustaron o no, o que nos les quedaron del todo claras. Así, con sus intervenciones durante la interacción, el profesor se da cuenta de qué tan profunda fue su lectura.

Durante mi estancia en los planteles, acostumbro a cuestionar a docentes y/o directivos sobre la cantidad y el tipo de textos que la comunidad estudiantil ha leído con antelación. Las respuestas normalmente coinciden en que se ha encargado la lectura de los "clásicos", obras magistrales sin duda, que con el correr de los siglos, han mantenido vigencia por el incuestionable genio de los autores.

Por ello, deduzco que ciclo tras ciclo, los contenidos siguen siendo prácticamente los mismos, por lo menos, en cuanto a la lectura. No es que desde mi perspectiva critique los planes de estudio, ni es mi intención entrar en controversias a este respecto, simplemente considero conveniente alternar dichas obras, con otras que tengan que ver con situaciones propias que los jóvenes estudiantes están viviendo. Y si hay la posibilidad, podrán escuchar de viva voz del autor, el cómo y el porqué de la obra de su autoría.

Con frecuencia, fuera de las aulas, los jóvenes de entre 15 y 18 años, que es el rango en que se encuentran los estudiantes del nivel medio superior, acostumbran la lectura de textos que precisamente tienen que ver con la actualidad; con la etapa por la que están atravesando. Es decir, leen revistas, en su mayoría de corte juvenil o de espectáculos. También hay quienes les agrada el artículo periodístico. Ello, sin embargo, no obedece tanto al gusto por la lectura, sino por el interés de saber qué ocurre en su localidad y su región, y porque además, algunos rotativos no tienen ningún costo, puesto que son distribuidos en su mayoría por los propios editores, a través de comercios, delegaciones y alcaldías.

¿Quién de ustedes lee por convicción? ¿Quién de ustedes va a la librería en busca de un libro de lectura o consigue con alguien aquél que le recomendaron leer? Son preguntas que habitualmente hago a la plantilla estudiantil en cuestión.

Derivado de ello, es triste constatar que de un promedio doscientos alumnos (sólo por poner un ejemplo), únicamente siete u ocho manos se levantan. Así mismo, hay quienes me dicen sin tapujos: "A mí de plano no me gusta leer, lo hago porque es parte del programa".

La tecnología, por supuesto, es un factor que influye en los niveles de lectura de los jóvenes. El acceso a internet a través de los teléfonos celulares y la proliferación de las redes sociales, son sin duda una distracción para que los estudiantes se sumerjan en esa mar de páginas electrónicas para leer.

Pero… ¿qué es lo que leen en esos espacios? La respuesta es: Los comentarios de sus propios amigos o compañeros, las críticas a diferentes instancias de gobierno o para enterarse de la vida de tal o cual personaje del mundo de la música o la farándula, cosa que en nada ayuda al desarrollo cognitivo.

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