La Biblioteca de Mujeres de Madrid
- 30/03/2017
- Para Que Te Enteres
- Redacción Biblioinforma
Entre sus 30.000 ejemplares hay libros, revistas, 'tebeos de mujeres', carteles, chapas y documentos del Movimiento Feminista. Hablamos con sus fundadoras sobre un proyecto didáctico y necesario para combatir la lacra del machismo en nuestro paÃs.
Cuando las más nostálgicas buscan en internet fotografÃas de aquellas mujeres que durante los años 60 lucharon por conquistar los derechos que ahora nos resultan fundamentales, la mayorÃa no imagina que aquellos no solo fueron años fructÃferos para los movimientos sociales capitaneados por las minorÃas en Estados Unidos. En nuestro paÃs, a pesar de que la dictadura dificultaba la puesta en marcha de cualquier proyecto cultural o polÃtico –y, mucho menos, de corte progresista–, surgieron propuestas tan necesarias e invisibilizadas por las instituciones como la Biblioteca de Mujeres de Madrid.
En 1985, casi una década después de que el dictador falleciese, Marisa Mediavilla inició un proyecto que llevaba años gestándose entre las filas del Movimiento Feminista. “En esa época las mujeres empezábamos a cuestionarnos determinados comportamientos sociales. Pero necesitábamos información y esta era difÃcil de localizar en las instituciones públicas. Como yo era bibliotecaria pensé que serÃa buena idea poner en marcha una Biblioteca de Mujeres para atesorar lo que otras bibliotecas no guardaban y asà crear un archivo con lo que generaba el Movimiento Feminista de Madridâ€, recuerda Mediavilla.
Meses después de que los primeros libros comenzasen a catalogarse y ordenarse en un armario de la pequeña sede de la calle Barquillo (que mantenÃa en alquiler el Instituto de la Mujer) entra en escena Lola Robles. La activista, filóloga y escritora de literatura fantástica llegó por casualidad al proyecto pero enseguida se sientió cómoda y permaneció junto a su fundadora hasta el año 2002. “Marisa llevaba mucho tiempo con la idea en la cabeza. En su casa tenÃa bastantes libros que habÃa estado reuniendo, asà que decidió comentárselo al Grupo de Mujeres Feministas Independientes de Madrid, con tan mala suerte que al poco tiempo este colectivo se disolvió, las integrantes abandonaron el proyecto y Marisa se quedó sola frente a élâ€, relata Robles. Mediavilla también recuerda el ilusionante comienzo. “Fuimos ocupando casi todas las paredes con estanterÃas hasta que nos trasladamos al Consejo de la Mujer de la Comunidad de Madrid, en la calle de Villaamil, en el distrito de Tetuán. Firmamos un convenio de diez años, desde 1997 hasta 2007, pero en al año 2005 el Consejo se trasladó a otro espacio en el que no cabÃan los ejemplares, asà que nos dijeron que debÃamos desalojar el localâ€, se lamenta.
La memoria histórica de las mujeres
Durante sus inicios la Biblioteca era una asociación no lucrativa y de ámbito local, circunscrita a la comunidad de Madrid, pero en 1991 pasó a ser competencia del Estado. “De esa manera podÃamos acceder a pequeñas subvenciones del Instituto de la Mujer. Durante algunos años recibimos cantidades de dinero –siempre pequeñas– para comprar libros y realizar actividades de difusión de la historia y la literatura de las mujeres mediante conferencias y talleres, pero nosotras nunca cobramos nada. Durante todo este tiempo tuvimos muchas colaboradoras eventuales y fijas; mujeres españolas o extranjeras que venÃan a la biblioteca y se ofrecÃan para ayudarnos en cualquier tarea. También habÃa estudiantes de biblioteconomÃa. A veces acudÃan durante algunos meses y otras durante años; en ocasiones un dÃa en concreto, otras veces cuando podÃan. Fueron muchas y todas contribuyeron a este proyectoâ€, continúa Robles.
Con el paso de los años y después de mucho esfuerzo, Marisa y Lola consiguen contratar a una trabajadora a media jornada para que las ayude. “A las conferenciantes y talleristas se les pagaba, pero ni las fundadoras ni las colaboradoras cobramos nunca; es más, pagábamos una cuota como socias. Marisa además compraba bastantes libros con su dinero y se ocupaba de su selección, adquisición, catalogación y clasificación; yo de la gestión administrativa y económica de la asociación y de las actividades culturales (conferencias, talleres de fomento de lectura…). Pero al final todas hacÃamos un poco de todoâ€, rememora Robles.
Aunque cualquier biblioteca es necesaria, esta trasciende el ámbito documental e informativo porque contribuye a eliminar (y hacer más visibles) los comportamientos machistas de nuestra sociedad. Lo desarrolla Robles. “Aquà se conserva nuestra memoria: la historia de las mujeres, nuestra literatura y la teorÃa feminista. Durante mucho tiempo, estos asuntos se trataban de manera secundaria y muchas veces eran ignorados y silenciados. Sin esa invisibilidad, ese ocultamiento y ese menosprecio, la existencia de esta biblioteca o el feminismo en sà mismo no tendrÃa sentidoâ€. Su cofundadora sostiene que siempre ha existido una corriente negacionista que clama que el patriarcado no existe y que ya hemos alcanzado la igualdad entre hombres y mujeres. “Algunos también dicen que deberÃa fundarse una biblioteca sobre hombres. Sin embargo, estas siempre se han centrado en ellos: en sus libros, sus creaciones y sus interesesâ€, reivindica Robles. La visibilización del trabajo de las mujeres y su participación en cualquier sociedad y época es la principal finalidad de este proyecto.
Pero, a pesar del ingente trabajo que por amor a los libros y al feminismo se realiza desde hace más de 30 años, son pocas las personas que saben que entre sus paredes descansa un importantÃsimo fondo de literatura española escrita por mujeres en el siglo XX, en especial durante el franquismo, y que han visitado investigadoras de muchos lugares. “Esta biblioteca, por su origen, contenido, objetivos y fines, es diferente del Centro de Documentación del Instituto de la Mujer o de otros organismos oficiales. Las Bibliotecas de Mujeres que hay en otros paÃses europeos como Italia, Francia, Reino Unido y Holanda tienen en común que todas has sido creadas por mujeres o grupos de mujeres, y no por instituciones oficialesâ€, cuenta su fundadora.
La de Madrid atesora obras anteriores a 1936, que se pueden consultar aquÃ. En la colección de cómics hay ejemplares de Salomé, Carmencita o Amor Ye-Ye (desde los años 40 a los años 80) que son muy difÃciles de encontrar; revistas feministas publicadas en todo el mundo y preciosos carteles vintage que celebran el DÃa de la Mujer Trabajadora.
Aunque Mediavilla reconoce que le resulta complicado decantarse por algunos de sus volúmenes favoritos –porque para ella todos son joyas– confiesa una especial predilección por los del siglo XIX y primer tercio del siglo XX. “Hoy en dÃa no podrÃa conseguir muchos de los libros que encontré en el siglo pasado y que ahora integran esta colección, en la que también hay otros materiales como sellos, calendarios o agendasâ€. Y aunque podrÃa resultar antagónico, en este espacio también podemos encontrar textos misóginos que denigran a la mujer. Mediavilla explica su motivación a la hora de integrarlos en la Biblioteca. “Son necesarios porque hay que conocer el origen y el porqué de tanta discriminación y ensañamiento contra las mujeres. Si los varones no hubiesen dicho (y siguen haciéndolo) que somos seres inferiores, que nuestro cerebro es más pequeño, que nuestra única misión en el mundo es ser madres, que somos objetos sexuales y otra serie de florilegios como estos, no tendrÃamos que seguir peleando por nuestros derechosâ€.
Un futuro incierto (pero optimista)
Pero en ocasiones la ilusión y el trabajo desinteresado no es suficiente. Y en la actualidad el archivo se encuentra más desprotegido que nunca. “En el año 2006 tuvimos que donar la Biblioteca al Instituto de la Mujer para evitar su desaparición porque la Comunidad de Madrid nos obligó a desalojar el espacio de la calle Villaamil donde estábamos alojadas. Después de diversas vicisitudes, desde enero de 2012, esta se encuentra en el Museo del Traje, situado en la Avenida Juan de Herrera, 2. No obstante sigo reuniendo libros, que luego paso al Instituto de la Mujer para que allà los incorporen al catálogo automatizado. También voy a librerÃas, a ferias de libros viejos y al Rastro. Durante los inicios solÃamos incorporar sobre unos mil libros al añoâ€, se lamenta su fundadora.
Mediavilla, que acaba de recibir el Premio Leyenda del Gremio de Libreros de Madrid por su “apasionada e incansable búsqueda del legado literario de las mujeres†cree que nunca se debe perder la esperanza y asegura que jamás ha pensado en rendirse. Su principal deseo es que este espacio se mantenga abierto y se convierta en una herramienta en beneficio del conocimiento y el bienestar social de todos. “Sigo trabajando para la Bibilioteca de Mujeres y peleándome para conseguir un espacio propio con personal especializado y recursos económicos adecuados para su funcionamiento. Junto con Ricarda Folla –una compañera también jubilada–, hemos acabado, después de 4 años de trabajo, el ‘Tesauro de mujeres‘, un instrumento necesario para clasificar e indizar documentos en toda biblioteca o centro de documentaciónâ€.
Robles, que en la actualidad se dedica a escribir y a realizar un activismo feminista, pacifista y queer, asegura que tampoco se ha olvidado de la Biblioteca. “Como la gente no sabe que la Biblioteca está allÃ, hay muy pocas consultas, a pesar de estar muy cerca de la Ciudad Universitaria. De hecho, creo que serÃa magnÃfico que los estudiantes pudiesen consultarla para hacer sus trabajos; asà como investigadores y cualquier otra persona que esté buscando libros que no puede localizar en ningún otro lugar. Es un auténtico tesoro que se ha donado a una institución pública y que ha quedado olvidado por completo. HabrÃa que lograr que la gente conociera su ubicación actual para que se se le diese uso. De lo contrario, es difÃcil que tenga apoyo público. A largo plazo, lo ideal serÃa que tuviera un espacio propio, accesible, con personal a su cargo especializado en el tema, y que los libros pudieran ser consultados fácilmente. En la actualidad, para acceder a los fondos, debemos solicitar el libro a través de la página web del Instituto de la Mujer e ir dÃas después a consultarloâ€.
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Fuente: El Pais.com